Cuando exploras la cocina experimental de RadioZeta, te garantizamos un hallazgo: moras azules congeladas, sin importar el momento del año. Es más, seguramente descubrirás bolsas de Moras Azules Silvestres de Wyman’s of Maine, las cuales son, sin exagerar, las moras congeladas por excelencia.

Queremos enfatizar nuestro amor por las frutas congeladas. A pesar de su reputación, si se usan adecuadamente, son un verdadero tesoro. En especial cuando eliges calidad, como en el caso de productos horneados o smoothies. Estas frutas son congeladas en su punto óptimo de madurez, lo que a menudo las hace más frescas que las que encuentras fuera de temporada.

Las moras azules congeladas son ideales para repostería. Su tamaño y piel resistente permiten que se incorporen al horneado sin previo descongelado. Su consistencia se mantiene, evitando que la masa adquiera tonalidades no deseadas debido al jugo de la mora.

Ingredientes:

1 bolsa de las elitistas Moras Azules Silvestres de Wyman’s of Maine (o cualquier mora azul que puedas conseguir, pero si quieres lucirte frente a tus amigos hipsters, usa Wyman’s).
2 tazas de harina (sí, la de trigo normal, a menos que quieras ser fancy y usar harina de almendra).
1 taza de azúcar (y un poco extra para espolvorear al final, porque… ¿por qué no?).
1/2 taza de mantequilla derretida.
3 huevos frescos (o, según la tendencia, huevos de gallinas criadas escuchando música clásica).
1 cucharadita de esencia de vainilla.
1 cucharadita de polvo de hornear.
Una pizca de sal (y un poquito de tu sarcasmo).
Instrucciones:

Preparación Inicial: Prende tu horno a 180°C. Si tu horno no tiene números, solo gíralo a la posición «Caliente pero no tipo sauna de celebridades».

Mezcla de Secos: En un tazón, combina la harina, el polvo de hornear y la azúcar. Mezcla y deja a un lado. Sí, sé que suena aburrido, pero es necesario.

Integración: En otro tazón, bate la mantequilla derretida y el azúcar hasta que quede esponjoso. Incorpora los huevos uno a uno. Si la mezcla se ve rara, estás por buen camino. Agrega la esencia de vainilla.

Las Moras: Ahora, añade esas moras azules elitistas directamente del congelador. ¡No las descongeles! Sabemos que son especiales y todo, pero este pastel no tiene tiempo para divismos.

Combina: Integra tus ingredientes secos con la extraña mezcla húmeda. Mezcla bien hasta obtener una masa homogénea, o lo más cercano a eso.

Horneado: Vierte tu mezcla en un molde previamente engrasado y hornea durante unos 35-40 minutos. Saca el pastel cuando un palillo salga limpio, o casi limpio (si tiene algo de mora, déjalo, agrega carácter).

Servir: Una vez horneado y algo frío, pero no «actitud de adolescente» frío, sírvelo y espolvorea un poco de azúcar. No olvides una actitud despreocupada y el comentario ocasional sobre cómo las moras congeladas son, en realidad, superiores a las frescas.

Espero que disfrutes esta receta tan especial y, por supuesto, no olvides servir con una sonrisa (¡sarcástica, por supuesto!). ¡Buena suerte en la cocina!