Ticino es una pequeña localidad situada en el Departamento General San Martín, en la provincia de Córdoba, Argentina. No debe confundirse con el cantón de Ticino en Suiza.

La localidad argentina de Ticino ha sido noticia en los últimos años debido a sus iniciativas en energía renovable. En particular, se ha destacado por la instalación de una planta de energía que aprovecha los residuos orgánicos para producir biogás, una fuente de energía limpia.

Esta planta de biogás se diseñó para transformar desechos agropecuarios, como estiércol y restos de cultivos, en biogás. A través de un proceso de digestión anaerobia, los microorganismos descomponen estos residuos en un ambiente sin oxígeno, produciendo metano. Este metano se captura y se utiliza para generar electricidad y calor.

La planta no solo ayuda a la producción de una fuente de energía renovable, sino que también contribuye a reducir el impacto ambiental de los residuos agropecuarios, que de otra manera liberarían metano a la atmósfera. Recordemos que el metano es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono en términos de calentamiento global.

La iniciativa de Ticino demuestra cómo las localidades pequeñas pueden ser pioneras en la adopción de tecnologías limpias y sostenibles, y cómo estas soluciones pueden tener un impacto positivo tanto a nivel local como global. Es un ejemplo inspirador para otras comunidades que buscan maneras de generar energía de forma sostenible y gestionar sus residuos de manera responsable.

La localidad de Ticino genera su propia electricidad con la cáscara del maní.

La historia tiene su origen en el «cordón manisero», un área en Córdoba donde se cultiva una gran cantidad del maní argentino. La expansión de esta industria dejó tras de sí un problema ambiental: montones de cáscaras de maní acumuladas que, por sus condiciones de humedad, resultaban en incendios frecuentes.

La solución comenzó a gestarse con una inversión de $8 millones de dólares por parte de la empresa Lorenzatti Ruech, que dio paso a la creación de Generación Ticino Biomasa y una planta de generación eléctrica. Esta iniciativa se fortaleció en 2018 con la asistencia del Estado mediante el programa “RenovAR”, que promueve la generación eléctrica a partir de fuentes renovables. La energía producida es comprada por el Estado a un precio estable, abasteciendo a la comunidad local.

La planta de biomasa de Ticino utiliza las cáscaras de maní para generar electricidad. Estas cáscaras se recolectan, se acopian, y luego se queman en calderas. El calor generado se utiliza para calentar agua y producir vapor. Este vapor impulsa una turbina, convirtiendo la energía térmica en energía mecánica que luego se traduce en electricidad. Una vez utilizado, el vapor se enfría, se convierte nuevamente en agua y se recicla en el sistema, permitiendo una operación continua.

El proyecto no sólo soluciona el problema de las cáscaras de maní sino que también mejora la red eléctrica de Ticino, que históricamente ha enfrentado cortes frecuentes. Con 45.000 toneladas de cáscaras de maní desechadas anualmente, esta innovadora solución se posiciona como un modelo a seguir para otras regiones que enfrentan desafíos similares.