Ay, Jaime Maussan. Ese entusiasta perpetuo de los fenómenos no identificables, aquel que nunca deja de sorprendernos. Esta vez decidió presentar, con bombo y platillo, dos «auténticos» extraterrestres ante nada menos que el Congreso de México. Y, ¿qué creen? Aparentemente provienen de… ¡Perú! Deberíamos haberlo adivinado, el hogar de las intrigantes líneas de Nasca y, por supuesto, el lugar de origen del escandaloso «fraude de las momias alienígenas de Nasca». Deberíamos crear una ruta turística.

El ufólogo afirma que estos no son simples cuerpos momificados ni tripulantes de ovnis estrellados, sino cuerpos milenarios cuidadosamente conservados, casi como un buen vino. ¿El lugar del hallazgo? Minas de diatomea. Y por si eso no fuera lo suficientemente cinematográfico, estos cuerpos no son, según Maussan, ni más ni menos que seres del espacio exterior. Claro, porque al parecer su ADN es un 30% diferente al nuestro. Y todos sabemos que, si Netflix nos ha enseñado algo, es que un 30% es definitivamente suficiente para etiquetarlo como «no de este mundo».

Mientras todos nos quedamos boquiabiertos ante los «descubrimientos» de Maussan, el periodista Jois Mantilla entró en escena para hablarnos de estas fascinantes criaturas. Y aquí viene lo mejor: algunos de estos supuestos alienígenas estaban «gestando huevos» antes de su fallecimiento. ¡Vaya! Parece el guion de una película de ciencia ficción de bajo presupuesto.

Por supuesto, había más oradores en el evento, incluyendo a un expiloto de la Armada de Estados Unidos. Pero, vamos, nada supera a los extraterrestres en un show de Maussan.

Y sí, como era de esperar, estos «descubrimientos» han revivido recuerdos del previamente mencionado «fraude de las momias alienígenas de Nasca». En 2020, un arqueólogo forense en Perú ya había aclarado que estos cuerpos, en realidad, eran restos humanos prehispánicos modificados.

Así que, queridos lectores, mientras nos deleitamos con las «sorprendentes» revelaciones de Maussan, tal vez sería prudente recordar que en la ciencia, como en la vida, si algo parece demasiado bueno (o demasiado extraterrestre) para ser verdad, probablemente no lo sea. ¡Hasta la próxima aventura intergaláctica, Jaime!