En la era actual, la visibilidad del pezón femenino está cobrando un protagonismo inesperado, impulsado en gran medida por el movimiento #FreeTheNipple que inició la cineasta Lina Esco en 2012. A pesar de la controversia histórica que ha rodeado la exposición del pezón femenino en público, celebridades como Kim Kardashian están desafiando las normas existentes.
Kim Kardashian, figura icónica de la realidad televisiva, ha lanzado un nuevo modelo de sujetador a través de su marca SKIMS que incorpora un pezón falso, diseñado para simular la plenitud y el aspecto erguido de los pezones sin necesidad de renunciar al sostén. Este giro en la moda íntima refleja un cambio significativo desde los tiempos en que se esperaba que las mujeres ocultaran sus pezones, hasta hoy día, cuando se ha convertido en un accesorio de moda en sí mismo.
La estilista principal de SilkFred, Megan Watkins, señala que desde la campaña #FreeTheNipple, ha habido un impulso para normalizar y celebrar los pezones femeninos, con tendencias centradas en el pezón desfilando por pasarelas y eventos de alto perfil.
La pandemia también ha jugado un papel en este cambio, favoreciendo la popularidad de sujetadores sin aros y estilos tipo crop-top, privilegiando la comodidad en el ambiente del trabajo desde casa. Esto ha llevado a que se destaquen más los contornos naturales del cuerpo, incluidos los pezones.
Sin embargo, no todos ven este fenómeno con optimismo. La psiquiatra y especialista en estética y cuerpo, la Dra. Galyna Selezneva, sugiere que la aceptación de los pezones es un reflejo de una sociedad que tiende a los extremos, exacerbada por el consumo visual en las redes sociales. Aunque para activistas de la confianza corporal, como la presentadora y podcaster Jackie Adedeji, esta tendencia de mostrar los pezones puede ser liberadora, fomentando la aceptación del cuerpo y la elección personal en la expresión de la sexualidad.
Sin embargo, el nuevo sujetador de SKIMS ha suscitado críticas, ya que en lugar de promover la libertad del pezón real, ofrece una versión artificial. Esto podría generar inseguridad en aquellas que buscan naturalidad o en aquellas que, debido a cirugías como mastectomías, han perdido sus pezones naturales.
El debate está abierto: ¿es esta tendencia un paso hacia la liberación del cuerpo femenino o un retroceso hacia ideales inalcanzables? La conversación continúa, especialmente en el ámbito de la moda y la expresión personal.