El 10 de noviembre de 1988, José Alejo Contreras Staeding emprendió una travesía épica: partir desde el mar de Weddell hacia el Polo Sur. Su tenacidad y espíritu aventurero lo llevaron a convertirse, el 21 de enero de 1989, en el primer chileno y sudamericano en alcanzar el Polo Sur a pie. Durante 97 días, atravesó 1.380 kilómetros en un desafío extremo contra el frío glacial, esquiando y arrastrando trineos cargados de provisiones.
Su hazaña fue el fruto de tres años de meticulosa planificación y recaudación de fondos, una odisea que comenzó con un aviso en busca de compañeros de expedición y financiación. De los siete aspirantes, cinco demostraron ser capaces, pero solo tres canadienses, tres ingleses y un hindú se unieron a la aventura junto a él.
El desafío fue monótono y psicológicamente exigente; cada día era una lucha en la inmensidad blanca del continente antártico. A 200 kilómetros de su meta, por fin sintió la proximidad de su sueño. En una era sin GPS, la orientación dependía del sol y el Teodolito, un horizonte artificial que les guiaba en la blanca inmensidad.
La comunidad magallánica y el ámbito antártico internacional han sentido un profundo pesar por el fallecimiento de Contreras. Vecinos y amigos alertaron a las autoridades tras días sin noticias suyas, lo que llevó al descubrimiento de su cuerpo en un furgón de la empresa Dap. Este explorador de 67 años, con un legado de décadas de expediciones y contribuciones al conocimiento antártico, deja una huella imborrable en la historia de la exploración polar.
Dap, compañía a la que Contreras dedicó más de 20 años, expresó su conmoción y gratitud por su legado. Alejo no solo fue pionero en la Antártida, sino también guía y mentor para muchas generaciones.
El recuerdo de su vida es un mosaico de aventuras, resaltando su conquista del monte Vinson en 1983 y su liderazgo en numerosas expediciones polares. Su hijo Benjamín, que compartió expediciones con él, refleja la admiración y el entendimiento de la pasión de su padre por este territorio extremo.
La partida de Alejo Contreras deja un vacío en el mundo de la exploración antártica, pero su espíritu aventurero perdura en cada rincón helado que pisó. Los detalles de su funeral se anunciarán a su debido tiempo, dando cierre a la historia de un hombre cuyo nombre quedará grabado en la historia polar sudamericana.